Nunca te abracé tanto como ayer, ni te extrañé, ni te besé. Nunca hice de nuestros sueños tanta realidad como anoche, ni dibuje fábulas de mentiras en mi mente. Nunca quise que fueras más de lo qe te decía, pero sos mas de lo que pensaba. Nunca creí que caería, mucho menos que me mirarías. Nunca pensé en otra cosa, ni en vos, ni en nosotros, ni en nada más que unos besos en la boca. Nunca fui dueño de mi pensamiento, me secuestraste, me raptaste, hiciste derroches en mi cuerpo. Nunca pensé en tus marcas como marcas en lapiel. Nunca llegaste a dejarme un beso escrito en el cuello, nunca creí que llegaríamos tan lejos. Nunca creí que por más que me silenciara cada verso que te digo era un suicidio sin hacer espamento. Nunca creí que podría haberme visto envuelto en tu cuerpo, y ahora no creo que pueda salir ileso.
Santiago Abregú