miércoles, julio 27, 2011

Mediodías en silencio.

Me gusta escribir con tragedias, aparcar en el interior de cada uno un dolor casi inexistente que hace notar una leve necesidad de llamar un poco la atención. Ahora, quien no? Todos tenemos ese momento en que la soledad rasca nuestra espalda avisandonos que esta y mimandonos para que no la echemos. Será sencillo culparla entonces de nuestros dolores inventados, de nuestros silencios prendidos y nuestro ego malcríado.
Quién sabrá entonces que en verdad la sonrisa se esconde detras de la tragedia falsificada, que sólo pedimos unos besos con paz, unos mimos de más y un poco de cerveza para derramar. Los licores del sabado quedaron atras, son sólo fotografías estancadas en el lago artificial. Podríamos perecer en el momento que intentaramos amar, pero esta extraña soledad nos recuerda un par de colores amarillos, una luz florecente en el fondo del pasillo, y los gritos de la companía diciendo que la estupidez de uno se vitaliza cuando los mediodías no tenemos con quien charlar.

Santiago Abregú

viernes, julio 15, 2011

Lagrimas de comisura.

Y no es que no quiera ciertas realidades. No lo ves? es especial, es diferente... Es complicado. Nose ni por donde queres que empiece, si te cuento cada razon que abarca mi identidad, si todavía te imagino entrando a los gritos pidiendome un beso y un abrazo nada más. Si sólo recordar una pestaña de sonrisas elaboradas en una fabrica de brisas. Si sabes que yo sonrío para que sonrías. Nada tiene de tiempo perdido el tiempo invertido, mucho menos si vemos en tus ojos lo que perdi en los mios, sos el reflejo perfecto de lo que ando buscando hace tiempo, sólo que estas mirando hacia otro lado. Y podríamos pensar que no vemos ya lo que queremos sino lo que buscamos. Y se dividen los caminos así, y de repente siento que esto se desdibuja, que vas borrando los cuentos de dragones de tu mente, que los viajes del norte, los sueños del sur, la realidad que te aqueja y todo lo que me pesa te sobrepasa...

Y así, yo me quedo completamente estancado... pesado... mirando... Las gotas empiezan a golpear la puerta de mi ventana, la noche se hizo en medio del día. No quisiste ver todavía la realidad del porque siento que esto no empieza y mucho menos termina. Los engaños de mi mente todavía te disfrazan, y yo creo que mi locura sedienta de alcohol, sólo me mete en problemas, al pensar en lo mucho que angustia al universo un centimetro de lágrima saliendo y corriendo por la comisura de tus labios que de a poco... a mi boca se acercan.

Santiago Abregú

martes, julio 12, 2011

Esperar los cambios en un mar de dudas no es la especialidad que más me destaca, mucho menos esperar el cambio de sentimientos luego de una triste resaca. El alcohol del mediodía mezclado con el mal sabor de la noche hicieron de mi un fragmento de canción desafinado, un cuento mal contado, una patada en medio de un espanto. Es increíble que haya confiado en mis intuiciones un segundo antes de que me digas que no, que haya jurado un sí de tu parte sabiendo que el no me juzgaba como juez y parte. La conciliación de los sentimientos que tengo ahora retrasa aun más mi intercambio de pensamientos que no dejan de deambular por los pasillos de mi palacio de justicia. Podría retratar mil quinientos retratos de diferentes colores opacos demostrando el descontento que llevo con esta decisión de no ser yo por un rato, de dejarme llevar, de no aceptar tu no como respuesta y avivar en mi el fuego que desata en mi una furia inmensa. Los favores no se cobran, ni son colores que se asoman. Los sueños no se rompen en un segundo, ni la companía se deja de lado por disgustos. Quizá sea que ultimamente caminamos en caminos cercanos, hasta diferentes. Quizá sea que mi mente esta pateando las latas en el pasillo cerrado... o que de a poco este dolor se va acrecentando y en verdad, tus besos que parecen el centro que salva mis sueños, esta vez... los esta hundiendo.


Santiago Abregú.