viernes, enero 28, 2011

Te miro..


Cuanto vale la pena mirarte ahi, sentada, desvistiendo los sorbos del día, despojandote de las prendas que hacia vos corrieron. Y esa posición, tan infantil, desde donde miras al Sol, lo provocas, lo buscas, lo juzgas, lo atas. Si todavía entendieras lo que le pasa uno al mirarte. ¡Como retratar en una palabra esos 30 mil millones de sentimientos que se reflejan con solo tenerte mirandome de lleno? Caminas a mi lado y no puedo pararme, si te sentas conmigo y solo quiero abrazarte, si basta con que me mires a los ojos para que quiera besarte.
¡Ílusa pequeña de las verdades eternas! que deparará de nosotros en esta maldita esfera? A veces uno se pregunta si no es demasiado mundo para vos; o si vos no sos demasiado para este mundo.
Si tan sólo callaras un poco de tu verdad, si tan sólo hablaras lo justo para que el mundo se pudiese enamorar, yo no sería más que un pobre y simple chico destinado a tu azar. Sería el dueño de tu superficie y de tus subperficies. Sería algo más que el que te ata los ratos, el que te abraza los brazos, el que te besa en la mesa, el que te ama aunque sea cuando no estas despierta. Sería más que el vos y yo que encontramos.
Si tan sólo callaras tu ternura mirarías mas alla lo que nos queda en esta baja altura.


Santiago Abregú

miércoles, enero 26, 2011

Soñar


No te pasa que a veces no queres dormir por miedo a encontrar en esos sueños lo que queres encontrar en tu vida real. Es como predecir el fin de tus sueños y no animarse a despertar. Como explicarías a la realidad que lo que soñaste no existe ni existirá; que ese paisaje de besos azules, que esa basta inmensidad de felicidades se extingen cuando abras los ojos y mires. Nos es más fácil no soñar con lo que realmente deseamos tener, ni con lo que deseamos amar. Prefiero entonces mantenerme apartado de aquellos sueños que me engañen con facilidad. Mejor le pido al inconciente que me regale una buena pesadilla, algo que nunca sería plasmado en mi vida, un buen sueño platónico donde el delirio sea la muestra principal de esa irrealidad.



Santiago Abregú

miércoles, enero 19, 2011

Hasta encontrarte


A veces tengo esos días en que recorrer la ciudad parece un pasatiempo perdido, esos días en que aparece la nostalgia tatuada hasta en la uña del pie, donde la lluvia me moja el ánimo, donde sólo quiero mirar las nubes y pensar en volver.
Son esos días en que ni la musica nos reconforta un poco. Esos en que preferis llamar a un amigo y quedarte callado, donde las noticias parecen experimentos, el sueño es tan sólo un poco de un nuevo juego.
Días en que perdemos la nocion del tiempo, donde vos vas caminando de un lado al otro y yo sólo me quedo mirandote. Donde te veo cada día mas linda y mas tierna, donde me vuelvo un iluso al pensar en tu silueta.
A veces tengo esos días en que desearia ir a buscarte, encontrarte, besarte, amarte y no dejarte; esos días en que la lluvia sólo me produce nostalgia, y esa nostalgia sólo la quiero compartir con vos, que por mas lejos que estes sabes que lo que pretendo es encontrarte y no soltarte.


Santiago Abregú

lunes, enero 10, 2011

Nada vuelve

Algo dice que nada vuelve luego de un viaje, que los viejos pasajes quedan enterrados en la arena de los prados que ya vencidos de Enero abandonamos. EL sol, viejo rostro de algún Dios que nos regalo su afán. Esos picos puntiagudos en forma de medanos que nos describen el amanecer casi romántico del cual no podemos despegarnos. La locura inquebrantable de los ojos lloroso causados por la sal que nos mantiene a flote la presión, la realidad vertida en el cajón, cerrada con cerradura, clavos y hasta dolor; el sueño petrificado de una amanecer permanente, los besos en la ducha y los juegos de una infancia medio brusca.
Algo dice que nada vuelve luego de un viaje, que vos y yo nos quedamos en el paraje, mirando las olas otra vez golpear contra la arena como si fuera una primera vez, y el verano en nuestro cuerpo marcado nos permite decir que mas allá de los medanos y los caracoles, el sueño de vivir lejos de donde nadie vive no es imposible, ni mucho menos predecible.


Santiago Abregú