viernes, abril 29, 2016

Librarnos del otro

Quizás debimos destruir todo de una, romper todo tipo de lazos y hundir los recuerdos en sueños que nos dolerán en la almohada. Despertaremos entonces con lágrimas en las mejillas, con amargura en la boca y con desconcierto en los ojos. Pensaremos que nada de esto fue real, que lo que vivimos fue puro sueño, pero miraremos el reloj, marcará la misma hora de siempre, y entenderemos que fue una resaca pasional, un beso de recuerdos y un golpe en el inconsciente. Nos daremos cuenta entonces que jamás podremos librarnos del otro, sólo lo dejaremos durmiendo.

Santiago Abregú