Los zapatos sobre la alfombran marcan el lugar exacto donde decidimos escapar de la realidad cotidiana para abrazarnos a los sueños caseros de amarnos un poco cada noche, cada día, y cada luna. Preferimos prestarnos al son de un compas nuevo, donde el olvido quede en la puerta de entrada del edificio, donde la razón se pierda por las escaleras, y el mal humor se cierre con la cerradura.
Estar sentados, acostados mirando la ventanilla a control remoto solo recubre de ironías la tranquilidad de un clima musicalmente formado por nuestras palabras. Silencios explotando por doquier que nos regalan sueños en forma de ideas, frases en forma de risa, gritos en forma de amor.
El olor de la cena junto con la comida que nos preparaste, el cariño en cada bocado que esforzaste, las rosas no contaminadas que te regalé, y el suburbio interno de no ordenar lo que dijimos ordenar todos los domingos antes de volver.
Santiago Abregú
jueves, septiembre 30, 2010
jueves, septiembre 16, 2010
Escrito al reves
Hace tanto que no escribo que ya olvide tu letra. Quedó perdida en un parrafo escrito al reves en un idioma desconocido. Fuiste vos la que puso borrador en la punta de la hoja para acallar esas palabras. No supimos como caer parados en los renglones mal dibujados. Si aún te recuerdo saltando comas y puntos apartes, recorriendo la oracion sin siquiera tener un verbo.
Las palabras enmudecidas por el color de tu tinte verde, y ni hablar de los ojos celeste que enmarcaban tus marcadores fluorecentes. Letra a letra escribimos esa historia, la encerrabamos todos los días en un cuaderno amarillo y negro. Lo corregiamos por las tardes, lo armababmos durante la mañana y lo venciamos por la noche.
Hace tanto que no escribo algo tuyo que ya olvide tu letra. Hace tanto que no quiero decir nada de lo que digo que solo caigo en palabras profanas. Hace tanto que morimos en un arbol mal plantado, en un suelo enojado, en un tacho ya triste y mojado.
Santiago abregú.
Las palabras enmudecidas por el color de tu tinte verde, y ni hablar de los ojos celeste que enmarcaban tus marcadores fluorecentes. Letra a letra escribimos esa historia, la encerrabamos todos los días en un cuaderno amarillo y negro. Lo corregiamos por las tardes, lo armababmos durante la mañana y lo venciamos por la noche.
Hace tanto que no escribo algo tuyo que ya olvide tu letra. Hace tanto que no quiero decir nada de lo que digo que solo caigo en palabras profanas. Hace tanto que morimos en un arbol mal plantado, en un suelo enojado, en un tacho ya triste y mojado.
Santiago abregú.
jueves, septiembre 09, 2010
Quince y Dieciseis
Sonríeme a la cara para que pueda ver de cerca tus ganas de mirar. No desperdicies los labios en lugares secos y altos, no juegues a las escondidas con tus miradas puestas en mi espalda. Podríamos mejor escondernos juntos y ser dueños de una cuenta regresiva que nunca llegue a un 0 por la mitad. Si logramos revertir los números escondidos tras la puerta del cuarto oscuro seremos de vuelta chicos envueltos en la frenética locura del amor de primavera. Por eso desenterremos los versos viejos, encontremos las canciones antiguas, juguemos a pasear en bicicleta, a besarnos sin las manos, a tocarnos con solo mirarnos. Seamos de 15 y 16, seamos primerizos y enamoradizos, juguemos al recuerdo de volver a tener todo lo que siempre quisimos y nunca vamos a tener.
Santiago Abregú
martes, septiembre 07, 2010
Besos con sueño
El desayuno servido,
el mate en la mesa,
la tostada con manteca
y vos con tu sonrisa.
El tiempo que nos da frío,
el silencio de las 6 am,
los besos con olor a sueño.
Las palabras dibujadas en papeles inentendibles,
las señas emitidas con quejidos.
Los despertadores apagados de un zumbido,
tus brazos dormidos sobre los míos.
Ese beso entrecerrado que me despierta con un sentimiento enarbolado.
Las ganas de no moverse,
los pesares de no entenderse,
el cuerpo medio tímido,
tus ganas de ver lo que no tiene sentido.
Esa sonrisa intacta,
ese te amo en otra tostada,
el vaso de agua para la garganta,
y el papel de despertar amándonos cada día y cada noche.
Texto: Santiago Abregú
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