Dulce despojas de tus ideas las taciturnas broncas de amaneceres, nos espiamos esperando apaciguar la llama del fuego de la bronca. Compramos campanas para avisar el desastre, anunciamos con bombos y platillos el apocalipsis de tu era. Te cegamos en silencio, te cerras con la boca abierta, no intuis los versos que vienen directos, menos las canciones que imponen sus letras.
Y asi no queda nada del mundo que te rodea, se te derrumba el muro y no hay roger que te lo sostenga. Acabas mirando el espejo roto, te sentis alicia en medio de un nuevo maRemoto. Mejor descansa la vista, despega tu oído de la bicicleta, alejate de los alfabetos y empeza de cero, que el cero es mejor que estar corrido a la izquierda.
Santiago abregu
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