Me gusta escribir con tragedias, aparcar en el interior de cada uno un dolor casi inexistente que hace notar una leve necesidad de llamar un poco la atención. Ahora, quien no? Todos tenemos ese momento en que la soledad rasca nuestra espalda avisandonos que esta y mimandonos para que no la echemos. Será sencillo culparla entonces de nuestros dolores inventados, de nuestros silencios prendidos y nuestro ego malcríado.
Quién sabrá entonces que en verdad la sonrisa se esconde detras de la tragedia falsificada, que sólo pedimos unos besos con paz, unos mimos de más y un poco de cerveza para derramar. Los licores del sabado quedaron atras, son sólo fotografías estancadas en el lago artificial. Podríamos perecer en el momento que intentaramos amar, pero esta extraña soledad nos recuerda un par de colores amarillos, una luz florecente en el fondo del pasillo, y los gritos de la companía diciendo que la estupidez de uno se vitaliza cuando los mediodías no tenemos con quien charlar.
Santiago Abregú
1 comentario:
"que sólo pedimos unos besos con paz, unos mimos de más y un poco de cerveza para derramar."
amen!
te adoro
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