Son esas noches en que acuesto mis sueños en una gaveta, cierro con llave las ideas y planeo con borradores de tinta negra los futuros de mis viejas promesas. Escribo con la mano balbuceos en la pared, y reto al destino y le pregunto donde, cuando y con quien. Esquivo abrazos telepáticos de paredes externas, y abro las murallas de mi intimidad ceñidas en un suelo sin lugar donde pisar. Ato con correas la verdad al lado del corazón, meto en mi mente un tarro frío de hielo y limón. Anudo lo ácido a los mas hondo de mi boca, y manejo en prosa los versos que quiero vencer. Y atiendo, distiendo, beso y acarreo, debajo de mi remera, un estampa que se fija en cuanto entro corriendo con la botella en la cama donde anoche dejaste tu perfume, tu boca y mi alma.
Santiago Abregú
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