Quien dijo que no dibujamos sueños en papel? Si regalamos versos en el viento que da vueltas por nuestra parte más incoherente. Sabemos de grandes amantes que no consigieron nada, sabemos de grandes perdedores que se casaron con sus grandes amores, y sabemos de los sueños diferente que cada uno dibujaba en su mente.
Nada queda de la resaca blasfema que dice cursilerías al pasar, sólo la piel al fuego a la hora de amar.
Mi cuarto, una cama atada y los besos que van y vienen sin parar. El reloj que pasa corriendo, el suelo que pasa a ser el cielo. El perfume del cuerpo que cae uno sobre el otro, nuestro mayor regalo y nuestros calidos abrazos. Todo parado en ese cuarto de hora que marcan 3 horas seguidas, y que el rock de la nada caiga sobre todo nuestro ser y el país que marcamos con las manos termine ahí. DOnde los besos son verdaderos y dejamos afuera los malestares de la vida real, porque vivimos segundo a segundo sueños cuando a cada rato nos hemos de amar.
Santiago abregú.
1 comentario:
que puedo decir santi?
bien! lo hiciste otra vez!!!
me encanto la idea de las tres horas y el cuarto de hora genial!!
besos
lolis!!
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