martes, noviembre 21, 2006

2:00 am

Amanece en una habitación obscura
las luces se apagan para que la luz de la muerte crezca
los silencios del ruido ensordecedor de mi cabeza asustan
La astucia de los insectos da vueltas por el mundo.

El cristal del bastón de madera que cae
el suelo, dueño de su destino, lo lleva a explotar
Quietas las ideas dejan de pensar
Tu vino y tu licor que te dejan de amar.

La sociedad de falsedad que toma punto principal
La crisis de tu hablar se convierte en mi altar.
Las 2:00 am mi corazón acaba de marcar
y ese puto reloj en tu cabeza que no para de girar

Cruzada del mundo frente a mí.
lucha medieval entre los sin fines de amistad
Caballeros inválidos presentes a la batalla
la amnistía de su poder los hace gritar

Comunidad de opresiones
Silencios de muerte
penas de capitales
Y tus labios que parecen sales.

Creciente barbaridad en la barbarie
Lujuria de un tiempo sin tiempo
Sexo de un mundo sin éxitos
Paradoja de un puto que jode a mis cerdos

Llamados ocupados que celebran tu ausencia
Gritos esperanzados que desalman tu inocencia
Y, en tu cristal perdido, una flor negra señala
Que la muerte y tu hora han sido señaladas.


Santiago ABregú

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