Cómo no grabar un poco de silencio en el reloj que demuestra mi tiempo. Perdido en medio de la costa, el mar ahogado me empieza a gritar. Perecerá el momento adecuado para verme cantar. Y así será que los malditos pájaros me harán retomar el camino de la paz.
Pero por ahora aca estoy y aca será. El sacrificio del sueño que una vez vi nítido en mi central. Perderá el cuerpo que me quizo embriagar y sacará de mí esa exitación que no me lleva a ningún lugar.
La distorsión de la guitarra empieza a entrar. Ronquidos de bronca suenan en cada La. Disimula el wah-wah el golpe del tambor en tu vertebra. Duele un poco ver que la pua aprieta de a poco la razón de tu cabeza.
Dañado y muerto quedará al fin, el secreto de saber que todo en mi mente esta apagado y nunca más se encendera. Recorrer así hasta fin de año será peor que caminar en el desierto descalzo.
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