Los pocos besos que nos quedan

Eligiendo no perder la razón de ser. Buscando encontrar lo que yo pense que tenía aferrado a mi. Deseando terminar con lo que algún día deje por la mitad y besando los labios que me endulzan con su dolor cada día un poco más. Esta memoria tan destrozada por tus gotas, gotas que desenvuelven su dolor en cada recorrido de tu mejilla. Y pensas que te vas y despues volves; y al rato me volves a besar pero mis labios no se animan a tocar. Y crece entre nosotros esa unión que tanto nos separa. Y brilla en lo más duro de la mesa de cristal el fondo del vaso que no quiero derramar.
Y emborracharte una noche, y pensar que nada más pasará. Y mirarte crecer, como creciste desde que me ves. Y sentirme el culpable de intentar arruinar tu vida, pero tambien de embellecerla a si misma. Y que nada de esto tenga sentido...
...Y que todo el sentido que busco lo estes decorando en mis idas. Las vueltas mejor preguntarlas en el momento que vuelvas, y decorar el resto de las ideas con tus besos esquivados y pensar que fuiste un buen cuento que continuará siendo. Siendo parte de un cambio, de un sacrificio, tiempo que dejará de lado lo absurdo y divino, dando paso al vuelto que nos regalan los bolsillos escondiendo los pocos besos que a veces nos quedan.





Santiago Abregú