Castillos en el aire
Estas ahi, en la puerta del paraíso que abri hace más de un mes, encerrando con cariño besos en los recovecos de tu alcoba, vaciando los baúles de recuerdos que ya no queres compartir con el universo. Son castillos en el aire, son pedazos de tierra incrustados en lo más acérrimo de la tierra, son pequeños momentos que se quieren quedar en certezas. Intentaste parar las rotativas, mezclar el sabor de lo dulce con el pan de lo aguado, y caíste en la noción de los errores que te costaron nuestro fin en punto y coma, y tres puntos agregados. Lloras entonces sueños que se terminaron, y te imagino en el estado primordial de la realidad, visualisando lo que nada pudo suceder jamás. Y me intentas explicar con lágrimas que nunca más sucedió y nunca más sucedera, juras entonces que dejarás en mi la libertad de actuar, y poder seguir, de platicar con los hechizos embrujados de personas que miran en mí algo más que un numero cerrado.
A regañadientes entonces aceptaras la verdad certera de que tus ojos me he mudado, y que sigues recorriendo estos castillos flotantes con el fin de encontrar la explicación a esta situación que terminó y que por donde quiera que lo mires no va a volver. Pués la suerte ya tocó mi puerta, y yo ya derribe con lanzallamas la entrada y hundí con buques las paredes que de mi castillo flotante hicieron al fin de cuentas un mero recuerdo pegado en la pared de mi cuarto, mientras en los labios que me quieren descanso, poniendo paso sobre paso para volver a edificar un sueño hecho a medida, a medida de mi cuerpo y mis llantos, a medida de mis versos y abrazos.
Santiago Abregú
sábado, septiembre 24, 2011
jueves, septiembre 22, 2011
Antes de irnos a acostar.
Creo que te debo algo que dejaste tirado en mi cama la mañana aquella que decidiste partir abandonando los besos debajo de mi almohada. Tal vez los encuentre tirados por el suelo, luego de tanto revuelco nocturo, luego de tantos brazos desarmados puede que se hayan caído sin querer hacernos daño. Por las dudas planeo levantar los muebles de la habitación, jugar a ser Jerlock Holmes e investigar donde estan las marcas de los besos que aún no logro allar.
Siento que quiza los dejaste apoyados en mi mesa de luz para que los vea al despertar, o arriba del cenicero para que con las cenizas del último cigarro los quiera fumar. Mejor ni pienso en barrerlos con la escoba, a ver si ensucio sus propiedades enternecedoras con la mugre que desechamos anoche mientras con el cuerpo limpiabamos el cuarto.
Se me perdieron entonces tus besos, no los encuentro, los tengo negados, desperdiciados, por ahí tirados. Puede que nunca los encuentre, o deba a esperar a que llegues para que con una sonrisa en la oreja me digas en silencio que te lo llevaste contigo para que cuando vuelvas tener dos besos más para poder darme antes de irnos a acostar.
Santiago Abregú
Siento que quiza los dejaste apoyados en mi mesa de luz para que los vea al despertar, o arriba del cenicero para que con las cenizas del último cigarro los quiera fumar. Mejor ni pienso en barrerlos con la escoba, a ver si ensucio sus propiedades enternecedoras con la mugre que desechamos anoche mientras con el cuerpo limpiabamos el cuarto.
Se me perdieron entonces tus besos, no los encuentro, los tengo negados, desperdiciados, por ahí tirados. Puede que nunca los encuentre, o deba a esperar a que llegues para que con una sonrisa en la oreja me digas en silencio que te lo llevaste contigo para que cuando vuelvas tener dos besos más para poder darme antes de irnos a acostar.
Santiago Abregú
lunes, septiembre 19, 2011
Despertame
A ver, despertame de este sueño si te animas. Vení, con el cachetazo enroscado en la mano directo a mi mejilla izquierda para que vea la realidad de la cual no quiero bajar. Despertame fuerte, así se que realmente no me estas diciendo todo esto en un sueño, así sé que realmente lo que me estas dando no es la ilusión de tus besos. Dale, no ves que estoy esperando, aún no puedo creer tener tus besos sobre mi, menos tenerlos quietos en mi boca, menos sentirte a mi lado recostada, así que no lo alargues más, despertame de una vez. Eso sí, no uses gritos, ni palabras fuertes, despertame con el dolor de saber que estoy en un sueño que es tan real que ni parece ser.
Santiago Abregú
Santiago Abregú
jueves, septiembre 15, 2011
Atados
Yase, vos no sabes los desvaríos que viajan por mi cabeza, tampoco los retratos compartidos que tengo en mi mente, y sé que entonces lo que buscas es algo más indiferente. Una culpa, un culpable... un indecente.
Las dudas que carcomen los silencios sólo me ayudan a reforzar las preguntas que ya tienen respuesta. Y entonces divago, y viajo por las lunas del desvarío otra vez, encontrando excusas a la realidad que ya no quiero vivir. Pregunto, re pregunto escucho, silencio de vuelta, y vuelo, pensando, cantando, viajando y entiendo. Si, entiendo. Entiendo que en un universo de planetas más sueltos que de costumbre vos vivis atada a un pasado fortuito y yo sólo quiero el desorden más desordenado que tengas. No puedo entonces atarme a tu cordura, vos menos acercarte a mi locura, esta de viajar con guitarra en mano, con aullidos de costado, con la locura de siempre y los relojes cerrados.
Por eso no podemos ver el mismo camino, mucho menos los mismos senderos. Por eso, por más que a veces extrañe tus besos, tu cuerpo impregnado, tus enojos mal educados y nuestros cuerpos abrazados. Sé que la verdad de la razón me da la derecha y que en este universo regidos por el sol, ni vos ni yo podemos convivir. Mucho menos ahora que con esa estrella yo aprendí a vivir.
Santiago Abregú
Las dudas que carcomen los silencios sólo me ayudan a reforzar las preguntas que ya tienen respuesta. Y entonces divago, y viajo por las lunas del desvarío otra vez, encontrando excusas a la realidad que ya no quiero vivir. Pregunto, re pregunto escucho, silencio de vuelta, y vuelo, pensando, cantando, viajando y entiendo. Si, entiendo. Entiendo que en un universo de planetas más sueltos que de costumbre vos vivis atada a un pasado fortuito y yo sólo quiero el desorden más desordenado que tengas. No puedo entonces atarme a tu cordura, vos menos acercarte a mi locura, esta de viajar con guitarra en mano, con aullidos de costado, con la locura de siempre y los relojes cerrados.
Por eso no podemos ver el mismo camino, mucho menos los mismos senderos. Por eso, por más que a veces extrañe tus besos, tu cuerpo impregnado, tus enojos mal educados y nuestros cuerpos abrazados. Sé que la verdad de la razón me da la derecha y que en este universo regidos por el sol, ni vos ni yo podemos convivir. Mucho menos ahora que con esa estrella yo aprendí a vivir.
Santiago Abregú
Fenix
Creo que hay días que podría desbordar, caminar durante horas y sentir como de a poco el agua va entrando desde el pie hasta mi cabeza y comienza a salir a saltos cataraticos por mis ojos. Y pienso, no, no me va a pasar otra vez; pero al fin y al cabo pasa. Y soy yo el que esta ahi caminando semidesnudo por la ciudad, viendo como todos me ven escupiendo agua desde lo más profundo de mi mente, sucediendo imagenes que se proyectan como en un transmisor monoaural, y nadie entonces, nadie en el fm me puede captar. Suenan entonces los acordes negros dentro de mi cabeza, el Mi que pasa al La y la voz del ukulele que empieza a cantar. Y me viene tu imagen final, y se acerca la imagen real aún mas. Pregunto entonces que hice y que haré, que pasó y que pasaré. Que mentiras le dire a cada uno, como lo planificare, si esta traicion a mi propio juicio me costó más que hacerme valer. Pero no puedo parar de explotar, y sigo desagotando mis agotados pensamientos en alcantanillas de personas que no me quieren ni mirar, pero perezco en el momento en que te veo llegar, y así como pocas logras evaporar todo eso y con tu forma de universo volves a mi y me haces explotar, y renazco entonces cual fenix en las cenizas de un recuerdo que ya termino de olvidar, y te reclamo mía, mía de a poco y un poco más. Y te reclamo para mi, reclamo tu cuerpo, tus ojos, tus besos, tu mirada en mi pesar, y abrazo mi resurgimiento en los pies de un amor que puede florecer, y que cae culpable de un atardecer, pero que nada importa ya porque a los ojos del amanecer volvemos vos y yo a estar encontrados, tirados en la plaza, en el parque en el sueño eterno y somos, así... así somos los unicos dos que aislados de todo nos volvemos a querer.
Santigao Abregú
Santigao Abregú
martes, septiembre 13, 2011
Unos segundos más
Si, lo confieso otra vez, devuelta ando medio intolerante. Serán los cambios repentinos, la vida, los golpes, los sueños o los silencios. Tal vez es tan sólo el instante, sí, el momento, ese segundo preciso donde la bala empieza a rodar por la ruleta de la desersión; o quiza el segundo que prefiero romper las paredes con gritos ahogados esperanzado en golpear, uno a uno los recuerdos que me encantaría eliminar. Dividir mi ciudad en 3, partir de la base de que todo ya esta y dejarme en la vida seguir y poder jugar. Pero la tierra nos conecta con la verdad, y lo fresco sigue refresco y lo nuevo sigue de nuevo, y yo en el medio solo quiero encontrar el lugar que hace tiempo ya me lleva a mejorar, que me eleva, me da su lugar. QUe regala sonrisas sin preguntar, sin decir nada, sin decir a donde vamos a ir a parar. Sólo quiero una galaxia complotada a mi favor y que el universo en su extension me de un segundo de paz al lado del cuerpo que hace meses anhelo estar, y así, en medio de los sonidos de una canción podernos relajar y mirar el techo e inmortalizar ese instante unos segundos más.
Santiago Abregú
Santiago Abregú
lunes, septiembre 05, 2011
Estemos indefinidos
Estemos, indefinidos,
sin saber que, como,
cuando, donde y porque.
Pero estemos.
Estemos, indefinidos,
sepamos lo que queremos,
cuando y como.
Sepamos como nos gusta estar, ver, pensar.
Estamos, indefinidos,
indefinidos de vos, de mi,
de nosotros, de ver,
del resto, de ellos.
Estemos, indefinidos,
medio sueltos, medio muertos,
tarados, como de 15 años,
estemos. Indefinidos... pero estemos.
Santiago Abregú
Suscribirse a:
Entradas (Atom)