Si, lo confieso otra vez, devuelta ando medio intolerante. Serán los cambios repentinos, la vida, los golpes, los sueños o los silencios. Tal vez es tan sólo el instante, sí, el momento, ese segundo preciso donde la bala empieza a rodar por la ruleta de la desersión; o quiza el segundo que prefiero romper las paredes con gritos ahogados esperanzado en golpear, uno a uno los recuerdos que me encantaría eliminar. Dividir mi ciudad en 3, partir de la base de que todo ya esta y dejarme en la vida seguir y poder jugar. Pero la tierra nos conecta con la verdad, y lo fresco sigue refresco y lo nuevo sigue de nuevo, y yo en el medio solo quiero encontrar el lugar que hace tiempo ya me lleva a mejorar, que me eleva, me da su lugar. QUe regala sonrisas sin preguntar, sin decir nada, sin decir a donde vamos a ir a parar. Sólo quiero una galaxia complotada a mi favor y que el universo en su extension me de un segundo de paz al lado del cuerpo que hace meses anhelo estar, y así, en medio de los sonidos de una canción podernos relajar y mirar el techo e inmortalizar ese instante unos segundos más.
Santiago Abregú
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