domingo, enero 29, 2012
Bien hiciste (bien vendría II)
Por eso bien bendría que te aclare que el que teme a los fantasmas, a la osbcuridad, a los sueños perdidos, al juego mal jugado, al riesgo desenfrenado, al amor entorpecido, al milagro desperdiciado, al fuego mal apagado, soy yo. Por que vos bien hiciste en corroborar que mis temores estan lejos, que mi sonrisa sigue activa. Porque vos bien hiciste en caer en mi boca cuando no lo merecía, en caer en mis labios cuando nadie lo pedía. Vos bien hiciste en hacer de mí un simple callado hablando de lo que sólo el cuerpo con marcas deja marcado.
Santiago Abregú
miércoles, enero 25, 2012
Bien vendría
Santiago Abregú
sábado, enero 21, 2012
Cuán lejos.
A veces pasa, me dan ganas de escribir un poco como antes... escribir que te extraño, que te quiero, que te siento, que te veo, que estas lejos. Lejos estas, de cuán lejos estas en sí? A caso no son tan solo kilometros los que nos separan? Las situaciones nos situan en verborragias que nos contagian, y nos hacen lagrimear, titubear, tambalear, como borrachos nuestras mentes menear y descubrir que en la punta del iceberg del cual queremos gritar, no hay más que un silencio obscuro que nos trae obscuridad.
Pero tu luz no se apaga, tu sombra se achica, el Sol sale en la orilla y vez en el amanecer un rastro de la noche en donde la arena quedó pegada a los pies. Y es en ese entonces, en ese instante, en ese momento de sueños recordados, que te das cuenta que mis brazos si llegan, que mis besos si te besan y que en la oscuridad que derrama la costa del universo, aún en la lejanía que esto denota, estamos aún más cerca que una ruta que separa una distancia.
Santiago Abregú
jueves, enero 12, 2012
Inconclusos VI (resaca 2011 parte II)
No le encuentro razón a cietas cosas, el camino iba derecho, inflaqueable, irrompible. Los sueños se iban acrecentando segundo a segundo, minuto a minuto, pareciamos una historia de pelicula aburrida donde la trama no consigna ningun problema ningun dolor. Eramos más que una pareja normal, que un mundo de amor donde colgar nuestros cuerpos y decirnos cara a cara la verdad. Eramos, quiza, nuestro punto de escape, nuestro sueño infinito, nuestra esquina de ventana, nuestro polvo blanco nadando en narices de borrachos. Eramos todo lo que queriamos que fueramos, hasta un poco más de lo que cualquiera hubiera imaginado.
Tantas cosas supimos ser, tantas cosas quisimos ser que nos olvidamos en el camino lo que eramos en sí y lo que pasa cuando se avecina un fin. El camino esta llegando a su recta final y no hay victoria en frente sin algo de dolor en el medio, los caminos sinuosos debastaron mi mente, debastaron mi cuerpo, debastaron mi boca. Me dejaron medio seco, mal dormido y sin un fin. Creo que es tiempo de aceptar mi realidad, las cosas tienen un ciclo y el nuestro hace tiempo que ya no tiene ni el tiempo de descuento.
Donde frenar
Es dificil, complicado, absurdo e instantaneo. Es este ataque de psiclotimia que me esta volviendo loco, puedo ir derecho por la senda del universo hasta que aparece un llamado, un verso, un retrato que me golpea de costado, me tira, me empuja, me mira de reojo, me tiene acorazado. Y vuelan a mi los negativos del pasado y los positivos del presente, se sientan frente a mi, me miran a los ojos... por dios... esos ojos, esas verdades, esas canciones, esas tardes. Entonces vuelvo a la realidad... y que realidad.. que ojos, que verdades, más canciones y escondiendo las tardes. Y me paro para ver donde frenar, donde enfrentar. Y puteo dos veces, tres, y van, y me pregunto porque me la complican tanto, porque no se puden callar
Sin título
Complicado, a veces desganado, de color verde, de soles apagados, de sueños en sartenes, de mundos imaginarios. La luna que muere, el parque que se inunda, los cuerpos que mutan, la verdad que se escabulle.
Santiago Abregú
lunes, enero 02, 2012
Inconclusos V (Resaca 2011)
Paralelo
Desayunaste con abrojos, a merced de tus antojos, me veo obligado a escribir lo que no escriben tus ojos. Se acabo el tiempo de silencios, prendimos la sirena, largamos el fuego y soltamos los silencios. Perdimos la corriente que nos elevaba, explicamos los cantos con dueños, derivamos en malignos puertos sin dueño.
Caí entonces en la razón de todo, que fuiste lo que eras, sos lo que no quisiste y ahora me comporto medio roto por lo que queda del mundo que derribamos. Astutamente concluimos sin razón una canción que no afinaba en la menor, y compramos vestiduras de mentira para decidir que todo lo que tuvimos fue una pura rutina.
El duelo cae a la cuenta que se termina esta cuenta y mientras miro las fotos que guarde hace años en el cajón, repaso con llantos los laberintos que me fabricaste y concluyo que en este mundo perverso sos y fuiste un mundo paralelo.
Itinerario
No puedo evitar acordarme de tus lágrimas en el banco, y mi mano pidiendo que pares, que entiendas, que expliques, que superes y arrebates la razón por la cual esas lágrimas no quiero que se derramen nunca más. Espero que esos mensajes de paz en vano que te mande alguna vez no sean una mancha negra en nuestro triste itinerario. Sabemos que fuimos la falsedad que quisimos, que nos deshicimos de la realidad en el momento exacto que besamos nuestros labios, y fabricamos un cuento de hadas lleno de brujos internos que extirparon a gritos lo que nos pedía nuestro cuerpo.
¿Estas?
Ahora veo que estas, siempre estas, cuando no estas... estas, cuando volves, estas, cuando te hecho estas, cuando te nombro estas, cuando te odio estas, cuando te quiero estas, hasta sentada a mi lado estas.
Cuando te quiero amar no estas, cuando te quiero besar te vas, cuando quiero que estés desapareces, pero cuando intento eliminar de mi vida tu azar, estas.
Invisibles
Es increíble, no tengo ni fotos para hacer de vos un garabato. Deje gratis en mi cuarto espacios vacíos con la ilusión de volver a llenarlos, pero quedaron tapados por el cielo razzo descolgado. Pareciera que ahora caigo en la realidad de que no fuiste más que una realidad ilusa, que nunca fuiste nada y menos algo. Que mis adornos en el cuarto no eran más que amuletos fetichistas de un amor invisible a los ojos del resto.
Vimos en nosotros un futuro incierto, fuimos dueños de besos y sexo, de amor oculto y perdido, de suelos temblando y sueños que retuercen hasta los más melosos deseos. Pero nada de eso se ve reflejado en la resaca de esta historia. Ni tus besos en mi boca, ni tu cuerpo en mi cuerpo, ni el sueño de volver a ser un recuerdo incierto. Sólo entiendo, ahora... después de un tiempo, que esto que fuimos no fue más que ser, que no llegaste ni adornar mi cuarto con tu querer, y que de nosotros solo quedan piedras azules regaladas, que demostraban la frialdad con la que en el fondo... de lejos me mirabas.
Santiago Abregú