jueves, enero 12, 2012

Inconclusos VI (resaca 2011 parte II)

Supimos ser

No le encuentro razón a cietas cosas, el camino iba derecho, inflaqueable, irrompible. Los sueños se iban acrecentando segundo a segundo, minuto a minuto, pareciamos una historia de pelicula aburrida donde la trama no consigna ningun problema ningun dolor. Eramos más que una pareja normal, que un mundo de amor donde colgar nuestros cuerpos y decirnos cara a cara la verdad. Eramos, quiza, nuestro punto de escape, nuestro sueño infinito, nuestra esquina de ventana, nuestro polvo blanco nadando en narices de borrachos. Eramos todo lo que queriamos que fueramos, hasta un poco más de lo que cualquiera hubiera imaginado.
Tantas cosas supimos ser, tantas cosas quisimos ser que nos olvidamos en el camino lo que eramos en sí y lo que pasa cuando se avecina un fin. El camino esta llegando a su recta final y no hay victoria en frente sin algo de dolor en el medio, los caminos sinuosos debastaron mi mente, debastaron mi cuerpo, debastaron mi boca. Me dejaron medio seco, mal dormido y sin un fin. Creo que es tiempo de aceptar mi realidad, las cosas tienen un ciclo y el nuestro hace tiempo que ya no tiene ni el tiempo de descuento.

Donde frenar

Es dificil, complicado, absurdo e instantaneo. Es este ataque de psiclotimia que me esta volviendo loco, puedo ir derecho por la senda del universo hasta que aparece un llamado, un verso, un retrato que me golpea de costado, me tira, me empuja, me mira de reojo, me tiene acorazado. Y vuelan a mi los negativos del pasado y los positivos del presente, se sientan frente a mi, me miran a los ojos... por dios... esos ojos, esas verdades, esas canciones, esas tardes. Entonces vuelvo a la realidad... y que realidad.. que ojos, que verdades, más canciones y escondiendo las tardes. Y me paro para ver donde frenar, donde enfrentar. Y puteo dos veces, tres, y van, y me pregunto porque me la complican tanto, porque no se puden callar


Sin título

Complicado, a veces desganado, de color verde, de soles apagados, de sueños en sartenes, de mundos imaginarios. La luna que muere, el parque que se inunda, los cuerpos que mutan, la verdad que se escabulle.



Santiago Abregú

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